Facundo Cabral, Mensajero
Mundial de la Paz (Unesco, 1996), realizó un audiolibro en 2005 titulado No estás deprimido, estás distraído, que
contiene mucho de su espiritualidad y de su entusiasmo por la existencia
humana.
Algunas de las ideas allí
expresadas las reproducimos para asomar la observación y las vivencias como una
forma de crecer y de alcanzarnos en su voz que continúa dando fuerzas y
vibraciones cargadas de inteligencia, ironía, sabiduría y cordura. Amor, a fin
de cuentas.
“… De la cuna a la tumba,
es una escuela, lo que llamas problemas son lecciones y la vida es
dinámica, está en constante
movimiento. Sólo debes estar atento al
presente, mi madre decía: "Yo me
encargo del presente, el futuro es asunto de Dios" Jesús decía: "el mañana no interesa, él
traerá nueva experiencia, a cada día le basta con su propio afán".
No perdiste a nadie, el
que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo
mejor de él, el AMOR, sigue en tu corazón. Quien podría decir que Jesús está
muerto. No hay muerte, hay mudanza, y del otro lado te espera gente
maravillosa. Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu
abuela y madre, ella creía que en la pobreza se
está más cerca del AMOR, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas
y nos aleja porque nos hace desconfiados.
… Haz sólo lo que amas y
serás feliz. El que hace lo que ama, está bendito y condena al éxito, que
deberá llegar cuando deba. Lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No
hagas nada por obligación, ni por compromiso, sino por AMOR. Entonces, habrá
plenitud, y en esa plenitud todo es posible, sin esfuerzos, porque te mueve la
fuerza natural de la vida. La que me levantó, cuando se cayó el avión con mi
mujer y mi hija. La que me mantuvo vivo, cuando los médicos me diagnosticaban,
3 o 4 meses de vida.
Dios te puso un ser humano
a cargo y ese eres tú. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás
compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "amarás al
prójimo como a ti mismo". Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y
piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo
ser feliz, la felicidad es una adquisición, no algo que te llegará de afuera.
Además la felicidad, no es un derecho sino un deber, porque si no eres feliz
estas amargando a todo el barrio.
No
estas deprimido, estas desocupado. Ayuda al niño que te
necesita, ese niño será socio de tu hijo, ayuda a los viejos y los jóvenes te
ayudarán cuando lo seas. Además el servicio es una felicidad segura, así como
gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán
sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado, y más aún, hasta convertirte en
el mismísimo AMOR. Que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien
es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba, hace más ruido que
una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan
a la vida.
El bien se alimenta de sí
mismo. El mal, se destruye asimismo. Si los malos supieran que buen negocio es
ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio...
…No vives entre límites,
sino en el mismísimo centro de lo milagroso, libre del ilusorio orden de la
mente lineal, excitado por la imaginación y armonizado por la esperanza. Eres
un espíritu que por un rato ocupa un cuerpo, un vehículo apto para este deambular
por mares y montañas, entre delfines y elefantes, entre ciudades y desiertos y
que cada tanto lo cubren todo para recomenzar el cuento.
Una vez encendida la luz
interior, nada puede apagarla, es perfecta e incorruptible como el oro, que
simboliza el poder de la pureza, de lo esencial, es decir del espíritu, que
es un viaje infinito y maravilloso
porque estalla a cada instante vivido
con profundidad.
La santidad es la meta
prevista para todos, aunque pocos se den cuenta, o se animen a entrar en los
caminos que llevan a ella. Abandonado el ego, comienzan los milagros, entonces
sin lucha, recuperarás la fuerza natural,
podrás provocar vida a través del AMOR.
El ego no vive, interpreta,
es una constante actuación que nunca alcanza la realidad.
… Olvida lo que crees que
eres y comienza de cero ahora mismo, entonces convivirás con todos fácilmente.
Es tan grato vivir si divisiones, bueno-malo, rico-pobre, negro-blanco, amigo-enemigo,
compatriota-extranjero, es tanta la liviandad cuando no hay enemigos, que podemos
volar en cualquier momento porque la alegría tiene la simpatía de la magia…”.
(Notitarde, 24/02/2013, Lectura Tangente).-