Marianela Maldonado López se escucha por teléfono desde Londres, nerviosa y emocionada. Tiene ocho meses de embarazo y aunque ella y su esposo, Robin Todd, no desean saber si es hembra o varón, hasta que nazca, el reconocimiento que goza su otro hijo, Pedro y el Lobo, cortometraje animado nominado a los premios Oscar, los llena de alegría y gratitud.
Ella, valenciana de nacimiento aunque lleva 10 años viviendo en Londres, fue una de las guionistas de Pedro y el Lobo, adaptación contemporánea del cuento que musicalizara Sergei Prokofiev, dirigida por la inglesa Suzie Templeton.
¿Cómo nació la idea de llevar esa historia a la animación?
Este es un cuento de hadas de apenas siete líneas, escrito por el compositor ruso, Prokofiev, quien escribió la partitura. Esencialmente el cuento estaba dirigido a niños para que ellos aprendieran y se familiarizaran con la música clásica.
Este es un cuento de hadas de apenas siete líneas, escrito por el compositor ruso, Prokofiev, quien escribió la partitura. Esencialmente el cuento estaba dirigido a niños para que ellos aprendieran y se familiarizaran con la música clásica.
Cada instrumento correspondía a un animal. Los violines corresponden a Peter, el lobo es el oboe. La partitura dura 24 minutos. La historia fue otras veces adaptada al cine pero el director de la Orquesta Filarmónica de Londres propuso hacer, hace cinco años, una película animada, para pasarla acompañada de las orquestas infantiles y juveniles. Para proyectarla durante los conciertos. Así surgió la idea y nos pusimos a trabajar, a realizar la adaptación. Estuvimos en Rusia investigando porque queríamos hacerla bien contemporánea. Hicimos una indagación visual. Entrevistamos muchos niños en las escuelas.
¿Qué es lo que esperan los niños de ahora de las historias?
Descubrimos muchas cosas. Cómo el mundo ha cambiado. Fue escrito hace 80 años, Pedro y el Lobo, cuando se le tenía miedo a estos mamíferos. Hoy en día los niños no se familiarizan con los animales y cuando les contábamos la historia les parecía terrible que el lobo muriera al final. Por lo que le dimos al cortometraje un toque ambientalista. Trabajamos mucho los detalles porque ésta es una película que no tiene diálogo... La narrativa es a través de las imágenes, los pormenores y las acciones...
¿Cómo se hace para escribir una cinta sin parlamento?
Mi trabajo fue bien interesante, porque si cada instrumento musical es un personaje tuve que inventar lo que ellos hacen, dónde están, cómo se mueven, cuál es la relación del abuelo y Pedro. Escribir para la pantalla es buscar imágenes que cuenten todo el cosmos sensorial, el mundo interior de los personajes.
¿Cuál es la diferencia de escribir para ficción y para animación?
Es como cuando tienes que resolver en escena cómo se va a mover la marioneta y esos detalles también cuentan una historia. Es lindo trabajar con una directora como Suzi con quien hice la investigación y luego escribimos la trama durante cinco meses, escuchando todo el tiempo la música.
¿Le interesan del mundo del cine las historias distintas?
Sí... puede ser.
¿Cuál es el drama que se esconde Bajo sombra de la luna?
Es una película que transcurre en Venezuela y son 3 historias. La escribí, es un guión para un largometraje, pero aún no lo he hecho.
¿Ese es uno de los proyectos que espera realizar en Venezuela?
Siempre voy a Venezuela, estoy en contacto con todas las cosas que suceden allá. Estoy interesada en desarrollar un proyecto en la Gran Sabana. Estuve investigando y disfrutando también de ese lugar maravilloso. Tengo un propósito nuevo, de ir hacia Venezuela, buscar a una productora, pero no quiero hablar mucho de ellos porque apenas se está gestando.
¿Qué sintieron cuando recibieron la noticia de la nominación al Oscar para Peter and the Wolf?
Emoción. Orgullo de que se reconozca este tipo de trabajo, el esfuerzo, el amor que uno pone en ello. Uno los empieza porque le gusta, no porque haya mucho dinero alrededor de ello. Lo interesante, en todo caso, de este reconocimiento es que te da la oportunidad de hacer otras cosas. El poder seguir inventando historias y seguir haciendo.
¿De vivir tus sueños porque está haciendo lo que le gusta...?
La verdad es sí. Me encanta mi trabajo. Todos los días me levanto con mucha alegría.
¿Qué es lo último que ha visto de cine venezolano?
Cuando estuve en agosto del 2007 intenté ver Postales de Leningrado y no pude. Vi cortos. Las películas de Luis Alberto Lamata, que me gustan mucho.
¿El cine venezolano en Inglaterra en poco conocido?
Muy poco conocido, pero la gente está muy interesada en conocer nuestra realidad que es tan distinta a la de aquí.
¿Cómo percibes nuestra realidad entendiendo que ya llevas en Londres algún tiempo?
Llevo ya diez años afuera, justo los que parecen de bastante intensidad política. La división que existe allá en estos momentos es una separación que también viaja. La gente que está afuera también está dividida. Eso me llena de mucha tristeza, saber que con cierta persona no puedes hablar esto, que con aquella no puedes decir lo otro, me parece que... en algunos momentos me siento positiva porque todos estos cambios, tan drásticos y violentos, siempre dejan cosas buenas... ¿por qué? Porque la gente se vuelve mucho más crítica, más reflexiva. El venezolano ha cambiado mucho porque hace diez años cuando vivía allá la gente no tenía los puntos de vista de ahora, ni tenía opiniones sobre lo que sucedía. La gente ahora está mucho más conectada con su realidad, sea que estén o no estén de acuerdo. Eso es lo positivo que le veo a este gran conflicto.
Por otro lado, el conflicto es muy triste, porque no se puede producir en un constante conflicto, desde el punto de vista cultural o científico. Las expresiones humanas necesitan de cierta calma, de perfección.
Llevo ya diez años afuera, justo los que parecen de bastante intensidad política. La división que existe allá en estos momentos es una separación que también viaja. La gente que está afuera también está dividida. Eso me llena de mucha tristeza, saber que con cierta persona no puedes hablar esto, que con aquella no puedes decir lo otro, me parece que... en algunos momentos me siento positiva porque todos estos cambios, tan drásticos y violentos, siempre dejan cosas buenas... ¿por qué? Porque la gente se vuelve mucho más crítica, más reflexiva. El venezolano ha cambiado mucho porque hace diez años cuando vivía allá la gente no tenía los puntos de vista de ahora, ni tenía opiniones sobre lo que sucedía. La gente ahora está mucho más conectada con su realidad, sea que estén o no estén de acuerdo. Eso es lo positivo que le veo a este gran conflicto.
Por otro lado, el conflicto es muy triste, porque no se puede producir en un constante conflicto, desde el punto de vista cultural o científico. Las expresiones humanas necesitan de cierta calma, de perfección.
¿Qué necesita el séptimo arte venezolano?
Podría decir cosas muy abstractas y a veces uno necesita un conocimiento más cercano para poder decir las cosas...
¿Cómo hacer para que nuestro cine se dé a conocer?
Sé que hay gente buena trabajando en eso. Está Laura Antillano...
Usted se formó en La Letra Voladora...
Me formé allí desde que era chiquita en sus talleres literarios... y sé que ella está trabajando mucho con la gente del cine ahora. Pienso que hay que invertir muchísimo en los guionistas. En la gente que escribe las historias porque por ellas es que la gente va al cine, por sus conexiones con su realidad.
Hija del noble y reconocido médico José Luis Maldonado y Teresa López, Marianela, se graduó con una maestría en guionista audiovisual en la Escuela Nacional de Cine y Televisión de Gran Bretaña, donde ganó premios con sus filmes de animación. En Venezuela trabajó en Ultimas Noticias y El Universal, destacándose también, con galardones literarios (Notitarde, 30/01/2008, Confabulario).-