Josefina Weidner acaba de publicar una autobiografía que atrae por su rasgo confesional y el estilo con que cuenta una parte de su vida cuando vivió, como todo el mundo, cosas justas e injustas, sólo que ha tenido la valentía de narrarlas para exorcisarlas y lograr atrapar el aura positiva que subyace en toda experiencia por más dura que sea.
"Escribí este tipo de literatura utilizado más con fines espirituales, sanadores, que saque tanto lo bueno como lo no conocido que uno tiene adentro. Eso se consigue cuando a través de ejercicios diarios de escritura, sin pensar en fama ni en nada literario como objetivo. Nace así una escritura terapéutica".
¿Usted la comenzó sabiendo a conciencia que era terapéutica?
No. cuando yo me vi en una situación límite de mi vida, José Manuel Briceño Guerrero, me mandó a hacer ese ejercicio. Tenía que enviarle a él diariamente un ejercicio vía Internet. Mientras le mandaba los escritos él estuvo una mayor tiempo en China, yo no lo sabía, creía que estaba en Mérida, donde vive.
Briceño Guerrero me puso en un correo que asoció mucho el libro y la escritura que emprendí con el momento que está viviendo el mundo con Quirón, el planeta. Estamos viviendo una etapa quironiana, de sanación de heridas. La única forma de sanarlas es sacándola. Cuando una está muy suavecita, muy "papaya" no te das cuenta. Tienes que enfrentarte al momento caótico, con realidades que no son suaves. Este es un momento de gran avance espiritual. Eso nadie lo entiende, ni uno mismo, si utilizamos la lógica tradicional, pero lo es.
¡Uno jamás se imagina con las cosas que puede salir Guerrero Briceño... ahora hablando de Quirón..!
La historia de Quirón además es muy triste porque a él nadie lo quiso, la misma madre se volvió una planta de tilo cuando lo vio porque era muy feo, además que ni como centauro ni siquiera sabía serlo porque era bueno. Y sin embargo viene a ser Quirón el sanador y el maestro de Aquiles.
A mi me comentaba una amiga, Silvia Degwitz, que incluso que mucha gente no se identifica ahora con ellos si no con la parte quirodiana. No hay que cargar a la gente más de culpas. No es encerrarlo en sus propias limitaciones. Es abrirle a la gente la puerta de salida. Ya es la hora que sepamos que al darme la mano tienes también una posibilidad de crecer.
En el bautizo del libro habían dos psiquiatras, Ana Teresa Torres y el doctor Quirós, a él le gustó mucho porque hace esa misma dinámica con parejas, que la gente escriba.
¿Cuantos años tardó en esta especie de confesionario?
Del 2006 al 2007 pero continúa. Cuando se bautizó el libro en la Fundación Herrera Luque, y se hizo allá no por nada en contra de Valencia, si no porque mis amigos, el prologuista Roberto Lovera fue mi maestro de cuarto año de bachillerato y mis amigos de infancia están reunidos en esa Fundación, por esa razón se propuso que fuera allí. Se logró una energía muy bonita en ese momento, pero yo me sentí, al finalizar, muy vacía, porque se cerró un ciclo, por eso saqué el libro, para cerrar una etapa y sanar, no para iniciar una pelea. ¿Abrir? No sé qué.
¿Por qué no hacerlo con el blog suyo "El muro te lamenta"?
A la luz de eso yo abrí un blog en el que me desahogué y criticaba cosas, pero me di cuenta también que ese tono ya no es el mío. Esa etapa la quemé. Hay un punto en el libro en el que quiero hacer como un hincapié de cómo se puede llegar en momentos a ser crueles con nosotros mismos y generar un caos en torno a uno mismo. No es una tercera persona.
A través del libro lo que quiero, lo expresa muy bien el premio Nobel de Literatura (2006) Orhan Pamuk, sobre lo que deseo que genere el libro, porque en todo caso no quiero criticas a terceras personas si no como uno mismo puede encerrar en un mundo de falsedades generando angustias hacia uno mismo. No son los demás los que lo agreden a uno, uno mismo genera su propio caos. Esa es la realidad en la que tenemos que hacer hincapié ahorita. No son los demás los que nos están matando. Nosotros hemos generado mucho caos en torno nuestro.
¿Por qué no hay un escrito de Briceño Guerrero en su libro?
Por que él contestaba correos, pero yo tampoco quería especular basándome en la fama de él. Es más no he hecho dos bautizos que él quiere que se hagan, uno en Valencia y otro en Mérida, porque yo misma me cohibí. Yo estoy pisando el "border line" de no querer que este libro, tan confesional, se empiece a sustentar en la fama sobre alguien o que se quiera hacer un trabajo interior. Yo no sé si es comprensible lo que acabo de decir...
¿Usted lo que le interesa es el trabajo interior?
Sí. Y hacia cerrar círculos de mi propia vida. Demostrar también que pueden haber etapas de la vida de una persona que son perjudiciales para ella, que pueden generar una carga, que pueden ser auto destructivas en apariencia, pero en el fondo son momentos de vida para su crecimiento interior, si lo tomas positivamente. Que existan personas que son los instrumentos de ejecutar acciones eso no es culpabilizar a nadie. Son momentos.
Hay una apertura a nivel cósmico muy intensa, porque en apariencia no hay nada bueno en la actualidad pero no es así. Y no es que se tenga una cantidad de victimarios sobre ti, porque la misma relación puede ser de sanación mutua.
En el prólogo del libro escrito por R. J. Lovera De-Sola se lee: "... Hoy es mañana va directo a lo sentido en cada momento, el libro es un "testimonio de vida", una historia de un existir como los anteriores citados, las autobiografías verdaderas, los libros que proceden del contar lo que ha dejado huellas en ti. Y a través de Hoy es mañana, pese a los pesares y angustias a que te llevó el vivir, lograste, gracias a angustiosas búsquedas, encontrar la luz al final de la inmolación, al menos desde que te acercaste a la Abadía de Göigöe que significó tu resurrección después del padecer.
A medida que leía me di cuenta que en Hoy es mañana te expresa como una mujer intensa y veraz, quien dice en sus renglones lo más hondo de sí misma.
Es un libro valiente en el cual no temes decir la verdad, tu verdad, ser fiel a tus principios e ideales, dejar claro tu deseo de perfeccionarte cada día a través de diversos interrogantes y de las respuestas que pudiste hallar. Claro está que tuviste tu guía en el laberinto y que este te vino del amor. Pero sobre todo la obra es la historia de una buscadora, de alguien quien no se detuvo en su camino, andando de un lado para el otro hasta encontrar, después de mucho peregrinar, las verdades que te llenan.
Ese ser: tu, gran indagadora, una mujer que no tiene miedo, se impuso tareas apasionadas y laboriosas como las que se propone aquel que lee cotidianamente no sólo para saber más, para aprender otras cosas, para repasar buenos libros, para gozar con el bello estilo de algunos escritores o con los planteamientos de otros. Aquí también esa labor, emprendida cada jornada, es para llegar al corazón de uno mismo, para crecer, para seguirse educando, para que los libros nos muestren otras vías hacia nuestro interior y para bien de aquellos que amamos y están cerca de nosotros.
Todo en Hoy es mañana es muy vivaz, muy sutil, muy perspicaz. Y, claro, muy pensado, muy reflexionado, muy macerado interiormente. Este es el testimonio de una escritora que siente, que palpita, tanto que toca y roza las entrañas, siempre llenas de sangre. Marca también el corazón, nos muestra como debe ser la verdadera literatura: nos hace gozar con su lectura, que nos muestra ciertos universos, pero que nos lleva a hacernos preguntas y a llegar hasta la verdad.
Pero es también "sombrío", no porque no se puede ver nada sino porque la "nocturnidad" es condición femenina: como el útero. Es "el continente oscuro" que dice Ana Teresa Torres. Pero esa noche es también psicológica y lunar..." (Notitarde, 28/06/2008, Confabulario).-
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