Algunos artistas nacen con el don de la magia, uno de ellos es el pintor italiano, Francesco Santoro, quien ha pintado frescos y realizado restauraciones en Italia, Estados Unidos, Canadá, México y Venezuela, donde reside desde hace 13 años. Acaba de regresar del país que lo vio nacer en 1955, en la provincia de Bocchigliero, donde dicho por él mismo "hay muchos lobos".
Es uno de los pintores más vigorosos del procedimiento pictórico mural por excelencia, conocido como la pintura al fresco, formando parte de los sólo 15 italianos que manejan la técnica.
Es además, un ser humano excepcional, que no limita su área de influencia a la mera especulación estética. Por el contrario, cuanto más se sumerge en hacer arte aumenta para él la necesidad de aportar soluciones a la problemática social que se vive actualmente.
¿De dónde vino esa pasión por la pintura?
Desde hace pocos años me atrevo a afirmar que el arte es la expresión del alma. Para mí el arte es la superación de una problemática real, en la cual el hombre busca una condición para poder superarla porque le crea cierta dificultad. Tal vez puede plantearse que el artista como ser humano no se encuentre bien en un estatus específico, entonces se aventura a buscar respuestas dentro de sí mismo y logra descubrir la capacidad creativa que todos tenemos dentro.
Yo vengo de un mundo muy pobre, donde las condiciones diarias eran totalmente inciertas y eso para un niño es dramático, triste. El aislamiento y la marginación crean la formación íntima de manera involuntaria y eso seguramente crea en un niño la condición donde el único lenguaje que expresa es un lenguaje silencioso que es el dibujo, la forma, la expresión.
Eso es un poco el concepto para mí, es aplicar el deseo en un juguete que no tienes, entonces intentas inventar algo, como una piedra. Es en definitiva arte por supervivencia, entendida como las necesidades básicas, como extensión de llegar a un mundo que no es posible por algunas razones no específicas, en fin, para ausentarse de la realidad.
¿Cómo llega ese niño italiano a Venezuela?
Estaba viviendo en Italia, y hace 13 años me contrataron para venir hasta acá. Pensaron en mí porque hago un trabajo en el campo del arte que muy pocos creadores realizan, el fresco, el cual está un poco olvidada debido a las expresiones contemporáneas que se han desarrollado y actualmente es llamada "la técnica del pasado".
Tuve la gran dicha de aprender a ejecutarla, gracias a grandes maestros italianos, con quienes pude trabajar desde muy joven, logrando formarme en dicha cultura, aunque en aquel momento no fuese la técnica que más disfrutase.
Así que, me encuentro en Venezuela gracias a que me llamaron para contribuir en la elaboración de la Iglesia San Antonio, perteneciente a la comunidad italiana. Las personas que planificaron la construcción del templo, querían proyectar una expresión de fe católica y cristiana. Asimismo, en el caso del arte buscaban caracterizar la iglesia con elaboraciones típicamente mediterráneas; a través del discurso del fresco, por lo que pensaron en un artista italiano para continuar con el concepto original que los llevó a construir el lugar de oración, en agradecimiento al país que los acogió y los recibió de manera cálida.
La iglesia San Antonio es un aporte cultural para el estado Carabobo, por parte de una comunidad que ha hecho de Venezuela su segunda, o quizás su primera patria.
¿Cuánto tiempo empleó sus técnicas para pintar los frescos?
Aún no he culminado, faltan algunos cuadrantes. El resto me tomó aproximadamente unos siete años, porque cuesta muchísimo realizarla ya que debes pintar sobre una superficie cubierta con una delgada y suave capa de yeso, en la cual se va aplicando carbonato de cal con arena muy finita, limpia, y cuando la última capa está todavía fresca, se pinta sobre ella, de ahí su nombre.
El fresco lo ejecuto en jornadas largas con un breve descanso, ya que la cal en un período de 24 horas comienza su proceso de secado y no admite más pigmentos, por lo que debes pintar en el momento exacto para que la superficie absorba la pintura. El fresco es violento, no es lo mismo que pintar un cuadro en óleo, tienes que obedecerle.
Por ser tan complejo no se realiza mucho, me atrevo a decir que fui el primero y tal vez el único en practicar la verdadera técnica del fresco en Venezuela, la verdad es que no hay muchos artistas que la conozcan a fondo como para ejecutarla. El hecho de que la realizara, llevó a muchos artistas carabobeños a frecuentar el templo para admirar los frescos, siendo motivo de encuentro entre profesores y alumnos para conocer a fondo dicha técnica y con esto nace una academia de arte que decidí crear.
¿Le ha dado satisfacciones el haber fundado dicha academia?
La academia Juan Bautista Sclalabrini tiene ya nueve años de fundada, ha dado sus frutos. Inicialmente daba clases para entender la cultura local y así poder mejorar mi manera de ser en un lugar totalmente nuevo para mí, lo consideraba muy importante porque sentía la necesidad de alinearme con el sitio donde me tocaba vivir. También mi decisión de impartir clases estaba sostenida por el aspecto moral, porque estoy convencido de que el arte no me pertenece. Me puse a trabajar en él para lograr realizar cosas novedosas, por lo que si logré aprender algo interesante debo comunicarlo a la otra persona que tomó la decisión, al igual que yo, de vivir por el arte.
Es que al final, los artistas somos todos un conjunto de personas que de alguna forma participamos en la expresión de un nuevo lenguaje que con el pasar del tiempo nos caracteriza o marca pauta en nuestra forma de ser. Estamos aquí tratando de contestarnos las preguntas que todos los seres humanos se hacen, tratamos de conocer quiénes somos y a dónde vamos.
¿Considera que el arte en Venezuela se está desarrollando?
Como artista pienso que el arte no tiene que ser solamente una expresión personal limitada a la pintura, porque la pintura hoy en día en todo el mundo está en crisis. La expresión artística no es la figuración de un elemento que puede satisfacer al artista, sino debe ser un lenguaje que hable al mundo.
Pienso que es correcto, visto desde el lado justo, intervenir en el sistema social para realizar condiciones propias de igualdad para quien lo necesita. Si llegas a desarrollarte como artista, como operador cultural, debes ofrecer una estética de vida en donde no la hay. Es un sentimiento que todos los artistas o personas que se ocupan de la cultura deberían sentir y así regalar su propio granito de arena.
Actualmente en el país, lamentablemente falta la formación, porque el artista no es sólo el que dibuja y luego vende en la calle, debe formar parte de un contexto y trabajar en la búsqueda de la vanguardia, que es a donde te lleva un conocimiento total del arte. Muchas veces los artistas venezolanos tratan de imitar lo que se hace en el exterior, sin saber que están un poco desorientados, porque aquí hace un tiempo existía una originalidad que se ha perdido, por lo que se debe trabajar un poco más la característica genuina, pura del lugar de la infancia, que es el máximo de la condición como expresión del hombre, es una fuerza energética propia de la naturalidad de las cosas.
Actualmente, ¿cuáles son los proyectos en los que trabaja?
Estoy iniciando la preparación para terminar los cuatro frescos restantes de la Iglesia San Antonio y al mismo tiempo, estoy trabajando en una iglesia de Montreal y otra de Roma. Además soy responsable del Centro Scalabriniano, el primer proyecto que surgió propiamente del arte, donde atendemos distintas comunidades y funge como escuela, clínica y comedor; es un sistema que he sostenido gracias a la academia de arte. Sigo impartiendo clases para que mis alumnos tengan conocimiento de la expresión artística y entiendan que el arte es un elemento que une, que muestra cualquier tipo de problemática, sin sólo mostrar el pasado, mostrando una proyección hacia el futuro, manifestando las condiciones positivas o negativas, el tiempo en que se vive, el espacio.
Para mí, el arte es vida, es la expresión humana más espontánea, es un lenguaje que poseemos pero no dominamos y aunque se debe dedicar mucho esfuerzo para elaborarlo, no lo podemos disipar (Notitarde/Confabulario, Daniela Hernández 16/05/2009)
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