Lo recuerdo más allá de mi memoria porque antes de suceder ya
mis sueños habían hablado: mar espeso peces muertos, significaba lo que yo ni con mil Budas a
cuestas hubiese podido descifrar. Tardé aun más en descubrir lo sucedido. Tanto
dieron que inventaron una ira tan descomunal que deshizo por igual, hierros
cercanos y mi dentadura. Todavía me duelen las encías y sé que soy egoísta
porque primero pienso en mis dientes antes que en mis ancestros, mis tres hijos
y marido que también se derritieron en el aire.
Cuando entendí que era inútil buscarlos, me dormí, nuevamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario